Macabro Vals del Mendigo

Sobre alguno de los personajes que habitan con rotundidad el inframundo y también mis obsesiones...

Macabro Vals del Mendigo

Un día hubo para entregar
los dos últimos gramos de vergüenza
para incendiar el hilo azul de la cordura
y restar lo poco o mucho
que quedaba de inocencia
así la ropa entristecía fumando por las calles
blandida por recuerdos casi muertos.

Todo esto para seguir respirando
un latido tras otro como un reloj marchito
leyendo en ojos de alerta
el paso infame de la degradación,
para luego tener la mirada vidriosa
del fondo de las botellas,
y amanecer sin muros
con la boca arenosa soñando café,
con apenas el exilio,
el asco de los otros,
los ladridos furiosos de perros fantasmales,
el coro de dolientes arideces
el hedor a muerte de los vertederos,
el hambre como daga atornillada,
el monólogo enfermo de la soledad
y nada más, porque no cuentan
las sombras, los temblores, las fiebres,
ni las cosas que se dieron por perdidas.