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Palabras para conjurar las diarias intenciones de volvernos objetos...
Sabes quién te nombró número
mercado de trabajo, pasivo laboral,
tasa de interés, curva de consumo,
quién te llamó estrato socio-cultural,
ciudadano de a pie, opinión pública,
quién te dijo índice de deserción educativa
número rojo de la pobreza endémica,
porcentaje de desempleo estructural
quién le dijo a tu amor bajas pasiones
y a tu escaso albedrio libertinaje
quién llamó lo que creías sincretismo religioso
quién te hizo muestra representativa
prototipo delincuencial
e idiosincrático por antonomasia,
generación tristemente perdida
y un largo etcétera,
quién insistió en llamarte luego
(sin solución de continuidad)
acervo cultural de la patria
voz del pueblo, mayoría moral
solo para dejarte luego tirado
en los mismos lugares que se llenan de olvido…
Son los mismos tipos
que con un poco de suerte mañana
podrán llamarte horda salvaje
o turba enloquecida
(a esta gente le gustan los pleonasmos)
y abrirán sus diarios con titulares apocalípticos
llamando a la unidad nacional
implorando un freno para tu nuevo nombre
que será: demencia colectiva
y eso si estate atento
cuando no quede piedra sobre piedra
es posible que te llamen hermano.
Sencillamente la realidad escrita de tu mano me hipnotizó, déjame decirte que comulgo con tu voz de reflexión y de cierto modo de protesta, comulgo con ese malestar que nace en las entrañas; pero como una golondrina no hace veranos sólo nos queda plasmarla en el papel pero ¿Qué pasaría si las voces se unieran en una sola?
ResponderEliminarUn trueno, un poderoso trueno emergería del silencio moribundo.
Saludo Poeta
Yamilet, me alivia saber que esos gritos encuentran resonancia, recibe un saludo afectuoso y complice...
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